-¿No te das cuenta que apareció de casualidad, que nada estuvo planeado... que todo fue sin pensar?.
-Lo sé, pero llevas meses y meses en tu puñetera madriguera, para nada eras la misma que movía el mundo con sólo soplarlo. Era imposible pensar que algun día llegaran a destrozarte el alma... Eres masoquista, ¡Sí! es eso, te envuelve un halo de masoquismo, en realidad te gusta estar así... no le encuentro otra explicación.
-Tú, no sabes nada, no sabes lo que es sentir, lo que es querer con las entrañas, no sabes lo que es la sensación de un pinchazo en la boca del estómago cuando de verdad te hieren. Únicamente te dedicas a castigarme, cuando no sabes lo que es estar como yo... No es justo, lo sabes. Pero en realidad nadie sabe la manera de ayudarme, y tu crees que es la mejor forma, pero tu terapia de choque no funciona, lo sabes... llevas meses intentándolo¿y de que ha servido?... de NADA!
- Sinceramente, creo que el martirio que tienes tu sola, te lo mereces por IDIOTA. Se te avisó, se te dijo, y tu por cabezona, hasta que no te chocaste contra el muro... no paraste... no paraste quieta. Te arrastraste, mientras te pisoteaban, te aniquilabas tu solita. Demasiada frustración junta para que la puedas entender, es muy duro ver a alguien destruirse de esa manera, por cabezonería...
-¿Crees que fue cabezonería, enserio?, me has demostrado, que no me conoces, y mucho menos, no eres capaz de conocer los límites de lo que podemos llegar hacer para que nos quieran algo. No entiendo como lo podéis hacer... como podéis no sentir, no querer, como protegéis vuestro corazón... como no sufrís... ¿Cual es vuestro secreto?...
La conversación siguió y siguió. Todo llevaba al mismo punto. Yo era masoquista, yo era la que me destruía, nadie, nadie me conocía. Estaba harta. Y no me quedó mas remedio que irme a mi habitación cerrar la puerta... y pensar.
Sin movimiento, perdiendo el tiempo me disponía a beberme el último pensamiento... e intentar dormir, aún a sabiendas de que cerraría los ojos, y aparecería. Tan precioso que me dolería, y sería como los demás. Mantendría el silencio callado por una madrugada mas, y sinceramente no creo que aguantara por mucho tiempo escondido. Me daba miedo, miedo de que estallara, de que las frustraciones se escaparan, y se mostraran al mundo.
Sin embargo, y aunque soy consciente, todavía estoy viviendo una farsa. Durante meses, me he encerrado por banda, me he encasillado, he creado mi propio sitio, me he aislado y me he protegido. Eso no puede ser bueno, y sin embargo es lo mejor que puedo hacer para intentar que mi vida, cogida con pinzas no se caiga de nuevo, y desde luego no me la pisen, como pasa siempre. Al fin y al cabo, su parte de razón lleva, cuando me dice esas palabras tan duras...
Estoy harta de vivir en esta situación, pero no me queda otra... estoy en punto muerto. Si me empujan hacía atrás caigo, si estiran de mí ando. Me dejo llevar por los vendavales, y únicamente me envuelvo en una coraza que no deja pasar el daño. Tan triste como eso, tan real... como mi vida misma.
domingo, 26 de abril de 2009
III.
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