domingo, 26 de abril de 2009

II.

Entonces recordé. Sabía que estos últimos meses, parecía estar enferma de alzhéimer ya que eso de recordar me parecía una tarea tan sumamente dolorosa que no merecía la pena intentarlo, pero esa tarde, algo que aún hoy no se lo que fue, desencadenó mis ganas de cambiarle el chip a mi vida, de crear mi propia esperanza sin necesidad de creer en las palabras de los demás. Entonces recordé.
No duró ni un instante. Me di cuenta que llegaba tarde, que me tocaba salir por la puerta, seguir con la misma rutina de siempre, que me encadenaba a mi angustia y no me dejaba respirar. Todas las mañanas igual, sentía que había tocado fondo, que ya no aguantaba mas, que sostener mi vida con pinzas era demasiado peligroso para mi, pero como ya digo, esto solo dura un momento.
Nunca podremos llegar a saber la capacidad de sufrimiento que tiene un humano, sinceramente, creo que cuando llega al límite... se muere. Se muere de pena. Yo ya estaba rozando la locura,sabía mi vida era un recuerdo, que mi presente estaba ciego, y mi futuro... esa palabra no la encontraba en el diccionario.
Todo era como un laberinto sin salida, no tenia solución, me quede encadenada en el infierno del olvido y allí me quedaría hasta... no se hasta cuando.
Es triste, pero es así. Tiempo, todo el mundo me decía necesitas tiempo. Estos ultimos meses mi reloj interno se había parado, dentro de las fronteras de mi mundo... todo estaba congelado, esperando cualquier chispa pusiera en marcha todo el mecanismo de nuevo...

Sabía que de momento... era imposible.

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